Si sufres de acné, probablemente has escuchado de todo: ¡Son esos alimentos grasos que comes! ¡Estás demasiado estresado! ¡Tu piel no está lo suficientemente limpia! Existen muchas teorías sobre lo que realmente está detrás de tus brotes de acné, pero muchas de ellas son simplemente mitos.
Desde Perricone MD desmentiremos algunos de los conceptos erróneos más comunes sobre el acné y revelaremos las tres verdaderas razones por las que aparecen los granos. Además, te enseñaremos cómo seleccionar el mejor tratamiento para el acné para obtener una piel más clara y calmada.
Teoría #1: Tu piel está sucia.
La verdad: Los brotes de acné no suelen ser un problema de higiene. Aunque es esencial lavar tu rostro al menos una vez al día para mantener la piel saludable, no puedes simplemente frotar el acné hasta que desaparezca. De hecho, lavar la piel en exceso o usar ingredientes agresivos puede resecarla e irritarla, lo que hace que las glándulas sebáceas produzcan más aceite para compensar la sequedad, lo que a su vez puede provocar más brotes y empeorar el acné existente.
Teoría #2: Los alimentos grasos causan granos.
La verdad: El aceite de tus papas fritas o pizza no se transfiere a tu piel y causa granos. El aceite que causa los brotes proviene de las glándulas sebáceas hiperactivas, no de los alimentos que consumes. Puede haber alguna relación entre la dieta y el acné, con investigaciones limitadas que sugieren que los alimentos con un índice glucémico alto (como donuts, pan blanco y alimentos procesados) y los productos lácteos podrían contribuir a los brotes al estimular la producción de aceite que obstruye los poros. Sin embargo, se necesitan estudios más amplios para confirmar esta conexión. La dieta antiinflamatoria de Perricone MD, rica en omega 3 como el salmón, las verduras de hoja verde, el aceite de oliva y los frutos secos, puede ser útil para controlar la inflamación crónica, uno de los culpables conocidos del acné.
Teoría #3: El estrés está causando tus brotes.
La verdad: Aunque sabemos que el estrés no es bueno para el cuerpo, la relación entre el estrés y el acné ha sido en gran medida anecdótica. El estrés por sí solo no parece causar brotes; se necesitan otros factores para que aparezcan granos. Sigue leyendo para descubrir cuáles son esos otros factores.
Entonces, ¿qué realmente causa el acné?
Las causas del acné, incluso si tienes una dieta deficiente y estás extremadamente estresado, se reducen a tres factores principales: exceso de aceite, bacterias que causan acné e inflamación. Son estos factores combinados los que crean la tormenta perfecta que resulta en un grano. Aquí te damos una visión detallada de cómo cada uno de estos factores contribuye a tus brotes:
- Culpable del Acné: Exceso de aceite, estamos hablando del sebo, la sustancia aceitosa que producen tus glándulas sebáceas. Algunas personas producen más sebo que otras. Si tienes piel grasa, probablemente sea genético. Algunas personas experimentan un aumento en la producción de sebo cuando hay cambios o fluctuaciones en los niveles hormonales, lo cual es una de las razones por las que los adolescentes tienen acné, por qué puedes tener un brote durante tu ciclo menstrual o incluso después de la menopausia. Todo ese sebo puede quedar atrapado en un poro, contribuyendo a la formación de granos. Además, el sebo crea un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias causantes de acné. Muchas veces, las personas intentan combatir la piel grasa con productos a base de alcohol, pero estos solo resecan la piel, lo que puede causar más producción de sebo (y acné) a largo plazo.
- Culpable del Acné: Bacterias causantes de acné, la bacteria dañina que causa el acné se llama P.acnes (abreviatura de Propionibacterium acnes). Tiende a crecer dentro de los poros y se alimenta del exceso de sebo que también se acumula en esos poros. Necesitas sebo para que P.acnes prospere. Un crecimiento excesivo de P.acnes obstruye los poros y desencadena una respuesta inflamatoria, lo que nos lleva al tercer componente del acné.
- Culpable del Acné: Inflamación, cuando tus poros están obstruidos con aceite, bacterias, células muertas y otros desechos, se desencadena una respuesta inflamatoria en el poro en forma de hinchazón. Esto puede llevar a la aparición de puntos blancos, puntos negros o bultos rojos y dolorosos similares a quistes en la superficie de la piel.
Cómo tratar eficazmente el acné
Sabemos que hay muchas opciones para tratar el acné. Las estanterías de las tiendas y los mostradores de los grandes almacenes están llenos de tratamientos para el acné, y también existen opciones con receta que contienen vitamina A y pueden tener efectos secundarios significativos. Aunque algunos de estos tratamientos pueden abordar bien la piel grasa, las bacterias causantes de acné, o incluso reducir el enrojecimiento, rara vez tratan los tres factores principales del acné de manera simultánea.
Para abordar eficazmente las tres causas del acné, es fundamental seguir un régimen que incluya dos pasos clave:
- Paso 1: Limpiar. Es crucial reducir el exceso de aceite que obstruye los poros sin resecar la piel ni provocar una mayor producción de aceite.
- Paso 2: Hidratar y tratar. Durante el día, es importante calmar la piel propensa al acné sin comprometer su barrera de humedad. Por la noche, usar productos que fomenten la renovación celular y controlen la sobreproducción de aceite ayudará a prevenir la obstrucción de los poros y el crecimiento de bacterias causantes de acné. Los tratamientos nocturnos también deben incluir ingredientes que reduzcan la inflamación y contrarresten cualquier posible irritación.
Siguiendo estos pasos, puedes abordar de manera integral los tres factores principales del acné y lograr una piel más clara y saludable.
A pesar de todas las teorías existentes, las causas del acné se reducen a tres componentes principales: aceite, bacterias e inflamación. La razón por la que puedes tener un cajón lleno de tratamientos para el acné fallidos puede ser porque esos productos no estaban abordando los tres culpables. La línea de Perricone MD ofrece un enfoque único pero efectivo para lograr una piel clara y saludable.